viernes, 17 de julio de 2009
La Exterminadora
Tácita
y nociva,
como
una
medusa,
fui
por la playa,
caminando
hacia atrás
al modo
de un cangrejo
cuya coraza
es de aire
(sólo visible
por compasión
o vergüenza).
Los bañistas
no dijeron
sobre mi
desnudez
celestial.
El sol
sembraba
semillas
malignas,
pequeños soles
al interior
de la piel,
pero soles negros,
como yo,
agujeros
que se lo tragarán
todo.
Sólo un niño
me sonrió
mientras
revolvía
con su pala
un cráter
de arena.
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supongo que al otro lado del agujero negro hay luz
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAmor: eso es cierto, por ahí precisamente una se fuga.
ResponderEliminarLa Prófuga,