
Que no se note
la tromba
y que las goteras
me anegan,
pero desde el interior
de este pez.
La encontré como un tesoro, en un campo, bajo un macizo de arrayanes, envuelta de la garganta a los pies en un peplo amarillo bordado de azul. "No tengo amigas" -me dijo- porque el pueblo más cercano está a cuarenta estadios de aquí. Vivo sola con mi madre, que es viuda y siempre está triste. Si tú lo quieres, yo te seguiré". (Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis).
Se nota un poquitín. Por lo menos yo ya lo sé, pero no importa, porque soy muy buena gente y estaré calladito como un cubo que se llena de goteras.
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