
Todas son breves,
salvo yo
que soy brevísima,
suscinta como el borde
de un papel.
Pero ese borde
es también un filo.
¿Nunca os habéis
cortado el labio,
o la punta de la lengua
al lamer un sobre?
Pues eso.
La encontré como un tesoro, en un campo, bajo un macizo de arrayanes, envuelta de la garganta a los pies en un peplo amarillo bordado de azul. "No tengo amigas" -me dijo- porque el pueblo más cercano está a cuarenta estadios de aquí. Vivo sola con mi madre, que es viuda y siempre está triste. Si tú lo quieres, yo te seguiré". (Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis).
buenas, Gemma:
ResponderEliminarcomo viste, subí un poema de tu blog a hankover. y acabo de linkearlo ahora también a nuestros vínculos recomendados.
salud & suerte:
v
Los adoro, guapos, y me sonroja que fijen su mirada en esta pobre santa, aburrida y descascarada en el pedestal más perdido del convento. Les daré, en recompensa, un don: el de la desnudez.
ResponderEliminarEternamente lacada,
Gemma