martes, 30 de junio de 2009

La Amateur


Yo soy amateur,
pero no ingenua;
recelo de las profesionales;
sospecho de la seriedad;
me río de la academia
a través del mismo hecho
de estar aterrorizada
cuando se me olvida
un acento.
Si no fuera una santa
sería una cerda.
El cliché es una forma
de arder en público.
Soy amateur,
todas son amateur,
pero el espectáculo
continúa y el escenario
es del rapto.
Sufro un constante
síndrome de Estocolmo.
No vale ya decir
que una es de la masa
amorfa y desinformada,
que te meten
lo que quieren
por el agujero y amén.
Es completamente falso.
Ya no somos corderas.
Estamos hiper-sicoanalizadas.
Sabemos muy bien
quién es el culpable,
y nuestro pacto es del sado.
Yo sé que me machacas,
sé muy bien que me machacas,
y aún así te amo.

lunes, 29 de junio de 2009

La Sedosa


Aquí me ven
compungida y sedosa,
mi bondad
como el abrazo
transparente de Medusa,
mientras mis amigas
se fríen
en la terraza
soleada
poniendo verdes
a todas
las infantas
y pécoras
(conclusiones
sobrecogedoras)
con la esperanza
de envejecer.
Yo soy adjetiva,
falta de recursos,
plana pero honesta.
Pero ahora en el momento
que ejerces tu libertad
de fumador sobre mí,
yo toso desconsolada
como una Marguerite Gautier.
Soy roja como un hibiscus
mientras te ríes
con gorgoritos
como un tenor a punto
de su do de pecho.
Aquí estamos,
desverbados,
descerebrados,
nasales,
culpables de todo,
mientras las noticias
dicen
de un nuevo Golpe
de Estado
y el calor se adhiere
como un héroe verdadero.
Si hablásemos ahora
saldrían llamas,
aprendices de dragones,
o una nieve de mierda
para cubrir la desidia:
2 amigas tostándose,
un amigo que expone
guapísimo, pero resistente,
la teoría del complot.

viernes, 26 de junio de 2009

La Apenada


Murió
Michael,
estoy consternada,
porque yo hubiera
querido ser él
(Latoya no,
mi desnudez
es más fina;
Janet no,
mi voz
es de escándalo.
Los hermanitos pobres
y los hermanitos ricos).
Yo hubiera querido
ser Michael Jackson,
o una Micaela
Yaksan,
los primeros cyborgs
de nuestra historia.
Pero desde mi puchero
y mi llagas
abiertas de santa,
espatarrada
y rodeada
de mis antiguos discos,
oraré por ti
yo que no creo en nada
más que en la tecnología,
la ecología, la revolución,
canciones horteras
que me hacen soñar,
una estrella más
en las paredes
de mi cuarto
(mi particular
e intrasferible
paseo de la fama).
Y te encenderé, como Lola,
la bruja televisiva,
unas velas negras,
porque las velas negras
son siempre blancas,
y te cantaré
Who's Lovin you,
con mi voz de carajillera,
yo que no soy otra
que la Terremoto de Alcorcón
de la poesía española,
hoy matada de espanto
y con pena, pero no tanta.

jueves, 25 de junio de 2009

La Revolucionaria


Soy una curranta,
que no te quepa duda
(apenas llego a finales)
y por mucho que folle,
la mayoría lo hace,
o casi, y lo ocultan
en su asquerosa
privacidad.
Y eso no me quita
ni una pizca de glamour,
que es al que aspiro:
barato, simple, lujo
democrático, parodia
kitch de otro
lujo que deseo
destruir, porque
aunque no pase de ser
una santa de pacotilla
cuyo milagro más sonado
sea la menstruación,
soy muy leída, y no
soporto el abuso.
Y puede que un día
tú cojas un fusil,
guapísimo estudiante
de ciencias políticas,
y yo el pintalabios
más rojo, único
color que nos une,
y en medio de esta orgía
salgamos a la calle
a cargarnos a todas
esas infantas
y ricachonas
que se quedan con lo nuestro.
Soy mala-malísima
en estas cosas, una esteta
de la Revolución.
Pero no la concibo
si no hay baile, vino,
ni espuma. Ni un chico
como tú, que me tome
en medio del asalto,
(tus manos de pirata
me hacen llorar)
ni que luego no haya
un espacio donde
las santas, las diablas,
y los demás pervertidos
también cocinemos
esa gelatina misteriosa
en la que nadaremos
tod@s.

miércoles, 24 de junio de 2009

La Vidente


La Danaus
es dulce, como
mariposa que es,
va de cáliz en cáliz,
chupándolo todo,
ebria pero digna,
ante todo la compostura.
La desgraciada viene
llegando de L.A.,
Los Ángeles mismos
enclavados en California
(ella es muy viajada).
Me contó que
paseando distraída
por Malibú, tuvo
una revelación sacra,
que la dejó muerta
(no tanto como
para quedarse extática).
Un exhibicionista de esos
que ya no se ven,
gabardina y todo,
rubio como
un diente de león,
se abrió ante ella
del mismo modo
que una mantarraya,
el manto de estrellas
de la virgen María,
o un arcángel de alta
gradación celestial,
y le enseñó el nabo.
Ella huyó, pero
miraba hacia atrás
como queriendo retroceder
porque hubiera deseado
dibujarlo en su memoria.
"Era enorme", "Era enorme"
se vanagloriaba la estúpida,
ante mí que babeaba.
Eso sí, lo hubiera
probado en otro
lugar como aquí mismo,
las tierras del chupinazo,
pero L.A. es L.A.
y las divas corren
en zapatos de esmeraldas,
y el nabo de un ángel
no es tanto como
que te lleven en Cadillac
(la tonta no se comió
el uno ni se subió
en el otro tampoco).

martes, 23 de junio de 2009

La Breve


Todas son breves,
salvo yo
que soy brevísima,
suscinta como el borde
de un papel.
Pero ese borde
es también un filo.
¿Nunca os habéis
cortado el labio,
o la punta de la lengua
al lamer un sobre?
Pues eso.

lunes, 22 de junio de 2009

La Sorpresa


Soy la sorpresa
mitigada y cómplice
del aburrimiento.
Soy Lady Gaga,
después de una paliza.
Tierna y leal
como una iguana a su roca,
me reconozco así
porque nadie más lo hace.
¿Quieres labios? Toma.
¿Quieres coño? Toma.
Pero no me hables de ocaso,
tú que decides
sobre cosas tan importantes
como la ubicuidad.
No me hables de las estrellas
que cayeron como oro,
o mejor dicho chips,
patatas fritas,
sobre mis piernas abiertas
(clara parodia,
pero extravagante y fallida,
de una Dánae actual).
Estoy harta,
aún así limpia,
y tú eres limpio,
como un sello de correos,
plano, pero oficial,
estatal y pequeño.
Yo no soy filatélica,
soy una filósofa
de peluquería.
Pero no menosprecies
el poder de la laca,
que es nuestro contemporáneo
conductor de Delfos
(y no los vapores
horribles de la caverna)
Eres un sello y yo una sella.
Esenciales para cartas,
pegados al papel,
sumergidos en agua,
extraídos con una pinza
(ya quisiera yo de oro),
secados, entalcados,
guardados en un catálogo
mientras los días insisten
en su revelación. Sellos
digo yo. Tú
dices sanquijuelas.

viernes, 19 de junio de 2009

La Metamorfosis


Aumentada
con la lupa
de tu curiosidad
podría ser tuya,
ser la piedra de sal
que lame un caballo.
Pero no tengo
musculatura ni sé
acentuar sin ayuda,
y el calor es una
avutarda por no
decir cualquier ave,
y soy la O de océano
desparramada en el sofá,
criando algas, crustáceos
mirando el noticiero,
comiéndome un polo,
marcando números,
sms a alguno
que quiera venir
a darse un chapuzón
encima mío. Por que tú
sólo miras, y pretendes
sonsacarme secretos.
Y la verdad estás bueno,
pero amiguitos como tú
tengo bastantes, igual
no es coincidencia
de que seas gay ni nada
por el estilo. Lo
que sucede es que pinchas
con tu alfiler entomólogo,
y no me importa tu recato,
tampoco tus apetencias
que no me incluyen.
Soy la avutarda, soy
el océano. La piedra
de sal de tu caballo,
o tu caballo. La marea
nos lleva y el calor
ni pregunta cuando
te toco la bragueta.

jueves, 18 de junio de 2009

La Sola


Las tres Marías
somos Drosófila,
Danaus y yo,
la de tierra,
que las otras
van de aire en aire,
como bichas que son.
La Droso me dijo
a bocajarro: "¿tú
crees en la redención?".
Yo casi me atraganto
con el BigMac. Le dije:
"Depende de qué
maldad hayas hecho".
Una mosca azul
pudo ser el punto
aparte del diálogo.
Pero rompió: "Lo
he hecho con mi perro.
Esoy tan sola".
Danaus abrió sus alas
y habló sobre las églogas
de Garcilaso para
no creer lo que oía
de su íntima, o más bien
para acallar el secreto.
"Estoy tan sola",
insistió la Droso.
Y entonces le besé
sus enormes ojos,
dos estrellas negras
que se chupan a sí mismas.
Y le dije: "Yo también".
Parecíamos todas
la precisa definición
de la lástima.

miércoles, 17 de junio de 2009

La Cursi


Estoy harta
de la sutileza.
Aquí frente a la pantalla
del cyber donde curro,
sonriendo a los chavales
y a sus paquetes veraniegos,
en realidad quisiera
ser una cursi,
decir cuenta rosa
de plástico fino,
nácar, Zarowsky,
boa constrictor.
Pero de plumas, claro,
de plumas brillantes.
Quisiera ser choni
chandalera, poligonera
(que es una cursilería
menos refinada)
Quisiera lecturas
primordiales. Porque,
que no te quepa duda,
soy cultísima, una
doctora cyberespacial,
una sabelotodo
o sabelonada (que es
a estas alturas lo mismo,
aunque apenas terminé
el bachillerato). En fin,
quisiera ser barroca,
una dama de salón,
gongoriana, y aún
así sonrío, buenos
días, majo, tu monitor
es ése, y el calor,
me hace lasciva,
qué guapo ese cerdo,
y leo el vibrar
del aire acondicionado,
la industria,
del tedio. No
más tedio. No
más tedio. Te
lo juro. Ya
no quiero más.
Cuando él viene
hundo
un dedo
aquí. Una
perla
rueda
a la calle.

martes, 16 de junio de 2009

La Loca


Yo no estoy loca.
Tengo mucha rabia
que es muy difirente.
Y eso no me impide
ni la astrología
ni la cartomancia,
la repostería ni el macramé,
ni la conciencia
(algo de claridad
que se me cuela del humo)
de ser una grosera,
una descocada
de pacotilla, levemente
insidiosa, aguda
como la cima del Fuji,
pero digo las cosas como son,
como quería el machista
asqueroso de Parra,
con un poco de inteligencia,
(no pretendo ser soberbia)
más fe que conocimiento.
De seguro la convicción
es un pastel
que me ha sido negado.
Por eso, que sepan
tus amiguitas las infantas,
que no estoy loca, sólo
tengo rabia, un calor
que me sube por el cigüeñal,
y no sé qué más decir,
no sé de coches.
Las metáforas automovilísticas
me imponen,
aunque me excitan,
y quisiera decir,
tubo de escape
por decir poema,
y eso es una barbaridad,
reconoce que es una barbaridad.
Sólo estoy sola,
porque quiero, no solitaria
(me sirvo bien).
Dame algo de tabaco,
te lo contaré todo.
Érase una santa
con una rabia gorda,
negra y dulce,
como un Ferrero Rocher.

lunes, 15 de junio de 2009

La Mala


Todas van de malas,
pero la mayoría no ha dicho
uh ah en una orgía
(de las buenas).
Perdóneme, padre,
por el abuso, el cliché,
la mediocridad, la asfixia.
La asfixia de tener
que explicarlo todo,
de mutar, ser libro,
bandada, mangosta
devorándose la serpiente,
pájara cucú,
sus huevos en lo ajeno,
(nace mi cría,
y está bien, que ella
se preocupe de arrojar
a los otros al vórtice).
Arrojar a los otros
como ellas, las malas,
quisieran desde
su impostada pose,
bondad transada,
emplastificada, como
caja de maquillaje
que quiere ser molotov.
Maquillaje al maquillaje,
molotov al molotv,
dice al padre en su púlpito.
Perdóneme, padre,
desde su arropada arritmia.
Perdónenme, amiguitas,
desde sus lavadoras
automáticas,
sus dioses machitos,
sus lecturas decandentes,
como ese idiota
de Bukoswsky.
Odio a Bukowsky.
Pero lo legitimas escribiendo
como él, me sopla,
la más aguda de las infantas.
Cómo podría vencerle
sino metiéndole su propio
trabuco en la síntesis.
Todas son fálicas.
Todas van de malas
pero son buenas.
Todas son Bukowsky,
quisieran ser poseídas,
pero la única que folla,
soy yo, y aún así
me despedazan
y van hablando por ahí.
En este nido
arrimo el culo
y dejo lo mío.
El resto lo hará
mi descendencia.

sábado, 13 de junio de 2009

La Fuga


Yo podría ser una santa,
pero estoy aturdida,
semidesbocada ante la suma,
la ferocidad y el oprobio
de esta posición,
a horcajadas,
escuchando a mis amigas
tan bellas ellas,
con la anémona de sus manos
dibujando todo
lo que cuentan,
divorcios, bragas, realitys
shows y lo único
que pienso es en el pene
de Lacan,
con esta imaginación
que se me fuga
y me desfoga.
No soy tonta,
sólo algo distraída,
pero severa eso sí.

viernes, 12 de junio de 2009

La Santa


Araña de Alberto Orozco
No soy santa.
Que quede claro.
Y estas púas de madera,
estas excoriaciones
débiles
a punto de saltarme
los clavos de adentro,
-soy el arca de noé,
no por los animales
que guardo,
cerdos, potros, lobos,
sino por lo gorda-
nada tienen que ver,
con el lujo,
las perlas,
la bisutería,
el terciopelo falso que me da alergia,
el andamiaje,
la alquimia,
el maquillaje
el otoño,
las ganas de sentarme
frente a la nevera
y tragar leche
hasta el éxtasis,
o la levedad
de mis piernas,
el coño
con que te ilumino,
aunque derrotado,
y tartamudo,
un coño que se me llena
de ojos, de uñas, cerebros
que imaginan lo peor
para sepultarte,
viendo cómo te bebes la cerveza
con ese ademán tan cruel,
que me hace recordar
la tristeza de mi nombre.
Mi coño no es
un escaño, te dije,
súbita, plena
de Eñes como arañas.
Pero desde luego eres uno
más del resto,
y en verdad escribir
es más fácil que lamerte.